Vacunas contra la influenza: Protectoras del corazón

Vacunas contra la influenza: Protectoras del corazón

En plena campaña de vacunación, es de suma importancia que quienes pertenecen a los  grupos más vulnerables,  acudan a los consultorios y postas rurales del país,  donde se les vacunará gratuitamente. Recuerde que el objetivo es prevenir la infección, sus complicaciones y la muerte, ya que el tratamiento reduce entre un 50% a un 60% las hospitalizaciones y en un 80% la   letalidad.

VacunatorioComo dato curioso, el término influenza se debe a que esta enfermedad se originó en el siglo XV, en Florencia; época en la que se creía que esta epidemia se debía a una mala influencia de unas fuerzas astrales.

Entrando a lo científico, esta enfermedad infecciosa es de origen viral, y el 80% de las veces es producido por el virus influenza, fundamentalmente el tipo A y menos frecuentemente el tipo B. Se caracteriza por un compromiso de las vías áreas respiratorias superiores e inferiores, fiebre, decaimiento, más una intensa inflamación de los músculos (sensación de dolor generalizado).

El doctor Mauricio Ruiz Carmona, médico internista broncopulmonar y Director del departamento de medicina del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, cuenta que existen casos graves que progresan hacia el compromiso de las vías respiratorias inferiores, lo que provoca el desarrollo de una neumonía, ya sea por el mismo virus que ocasionó la gripe, o secundariamente por bacterias.

“La influenza es muy infecciosa, de 100 personas 20 se infectan, un número grande. Pero afortunadamente, de todos los que se infectan no más allá del 0,5% tiene una enfermedad grave y eventualmente muere. Pero en los grupos de alto riesgo la mortalidad va subiendo. Por ejemplo, cuando un paciente tiene neumonía que es una bacteriana y requiere hospitalización, la mortalidad rodea el 10%. No obstante, si ésta es por el virus que comprometió las vías respiratorias superiores y bajó hacia las inferiores (bronquios, pulmones) la mortalidad puede llegar incluso al 60%”, afirma el doctor.

El tratamiento: las vacunas

Las vacunas son fragmentos de virus muertos que se cultivan a partir de embriones de pollo, que son capaces de estimular al organismo para producir defensas (anticuerpos) que protegen del contagio, y que normalmente son inofensivas.

La confección de esa vacuna toma en consideración la composición genética de los virus que atacaron el invierno anterior en el otro hemisferio; este desfase obligado abre la posibilidad de que la vacuna fabricada no sea del todo efectiva para el virus que afecta a nuestra hemisferio, debido a la gran capacidad para mutar de los virus influenza.

El especialista detalla que si bien la vacuna no evita necesariamente que aparezca la enfermedad, si disminuye la gravedad del cuadro clínico, la taza de hospitalizaciones, y por supuesto, la muerte. “La vacuna contra influenza a lo más puede provocar fiebre de corto alcance, pero no es infectante. Las personas piensan que por vacunarse no van a resfriarse y no tiene nada que ver, porque el resfrío es una cosa y la influenza es otra. Además, con la vacuna no es que no les vaya a dar influenza, sino que les podrá dar pero más suave. Lo que nos interesa como plan de vacunación es que los pacientes afectados no fallezcan, ni terminen hospitalizados”, explica.

Es por esto, que debido al gran impacto se vacuna a los grupos de mayor riesgo de complicaciones o que puedan transmitir la enfermedad a grupos de alto riesgo, como personal de salud, niños de entre 6 a 23 meses, embarazadas, mayores de 65 años y pacientes con enfermedades crónicas.

La campaña de vacunación debe comenzar por lo menos dos semanas antes de que empiece la gripe, pero lo ideal son cuatro. Si se considera que la influenza puede comenzar a mediados de mayo, la campaña se dará inicio a fines de marzo y terminará a mediados de abril.

Grupos de riesgo

Lamentablemente, a medida que avanza la edad las defensas del organismo se debilitan. Los adultos mayores deben vacunarse porque la influenza los ataca más fuertemente que a los jóvenes, ya que presentan más riesgo de contraer infecciones respiratorias agregadas, como bronquitis y neumonía, que requerirán hospitalización.

Cuando se habla de pacientes con enfermedades crónicas, el doctor especifica que son aquellas que se agravan a causa de la infección, las que atacan directamente los mecanismos de inmunidad como el VIH/SIDA, algunas enfermedades genéticas poco frecuentes, y aquellas que obligan a administrar quimioterapia, radioterapia o corticoides.

Otro grupo de alto riesgo son aquellas personas con enfermedades cardiovasculares, porque según explica el Dr. Ruiz, estos son los pacientes que hacen más neumonía, principalmente los que presentan insuficiencia cardíaca.

Contraindicaciones

Si bien la vacuna no tiene contraindicaciones, el especialista cuenta que es posible tener un poco de fiebre y que aquellas personas con alergia al huevo presenten reacciones como diarrea y ronchas. En el caso de los medicamentos antivirales que se recetan cuando se tiene influenza o de la misma vacuna, el doctor Ruiz explica que estos no interaccionan mayormente con los medicamentos cardiovasculares. “Puede haber un poco de vómito o diarrea que puede alterar la absorción del medicamento, pero no siempre ocurre. Eso si, con lo que hay que tener cuidado es con los tratamientos anticoagulantes, ya que si bien la inyección es subcutánea, por lo que no debería haber problema, es mucho mejor informar al personal médico que tenga especial cuidado para que no la administre de manera intramuscular”, cuenta.

Influenza y Corazón

Según estudios de otros países, las personas vacunadas contra la influenza tienen menos eventos cardiovasculares (infartos y accidentes cerebrovasculares), principalmente los pacientes de la tercera edad. Una de las hipótesis es que tiene que ver con la respuesta inflamatoria del cuerpo frente a la infección, que puede afectar el revestimiento interno de los vasos sanguíneos.

Cuando ya se sospecha que se tiene influenza, por la fiebre, los dolores musculares y de garganta, la persona con factores de riesgo deberá ir lo más rápido posible a un centro de urgencia, antes de las 48 horas, para que la gripe no se complique.

“A una persona sin factores de riesgo le basta el tratamiento antiviral: paracetamol, régimen líquido y guardar reposo. Si en dos o tres días no mejora debe ir a consultar a su médico”, detalla el especialista
 

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