Rodrigo Díaz

 

“Siento que se está valorizando mi trabajo y el del gremio”

Una vez finalizado el programa Rojo Fama contra Fama, del que fuera ganador, comenzó su camino de trabajo y éxito. Hoy tiene tres escuelas de baile en las que enseña a más de 1.500 personas, y es un destacado profesional de la danza a nivel Latinoamericano, lo que hace pensar que en su caso, aquel dicho de que ‘todo esfuerzo será recompensado’ se cumple a cabalidad.

Rodrigo DíazLas niñas que aprenden en su Academia de baile, se cuelgan de su cuello, le piden autógrafos y le muestran cuadernos llenos de fotos del bailarín que alguna vez fue uno de los rostros más reconocidos de Rojo, Fama contra Fama, el extinto programa de talentos de TVN. Él se sorprende como si eso fuese algo nuevo para él. Pero no lo es. Este bailarín de 30 años, y que hoy se sienta en la misma testera junto a grandes comunicadores nacionales, goza del cariño y el respeto de hombres y mujeres, de niños y ancianos, e incluso reconoce que aunque no quiere, para algunos es un referente.

En julio de este año lo nombraron ZES (Zumba Education Specialist) en Estados Unidos, para Chile, Argentina y Perú. Esto significa que es el primer chileno a quien acreditan como especialista en este ritmo de baile que involucra el ejercicio y que se ha convertido en el ritmo de moda en varios países de Latinoamérica. Rodrigo Díaz es el único responsable de ese éxito en nuestro país, uno más en su carrera.

 

La Zumba es tu nueva faceta, ¿de qué se trata?
Siempre he tratado de que las cosas que hago tengan algún tipo de relación entre ellas. Estudié ingeniería comercial, pero estoy ejerciendo en el rubro del baile, que era mi hobby y se transformó en mi actividad diaria. Respecto de mi relación con el mundo fitness, es porque se liga al baile, ya que la zumba es lo que todos conocemos como baile entretenido, pero agrega ejercicio cardiovascular, disminuye el estrés, y la gente aprende a bailar, lo que es un valor agregado. Lo mejor es que me he dado cuenta de que le da seguridad a quienes lo practican.

¿Y cuál es el origen de este nuevo ritmo?
El creador es Alberto Pérez, un colombiano que vive en Miami. Yo tuve el privilegio de ser el primer chileno que introdujo la Zumba a Chile en la época de Rojo (Fama contra Fama), hace seis años, y de a poco ha empezado a tomar fuerzas. Al principio se mostró en un programa, pero no es el fin de la zumba, esto es netamente ejercicios, y no show ni televisión. Luego de eso comenzamos el trabajo con el público objetivo que es quien realiza ejercicios, hoy hay 400 instructores en Chile enseñando este ritmo, y mi misión ahora es que haya más gente en regiones formando instructores.

Pareciera que el rubro de la danza toma cada vez más fuerza en Chile y el mundo…
Es una empresa gigante, está presente en más de 40 países del mundo, sobretodo en los países asiáticos, en Latinoamérica está recién entrando, y está tomando fuerza porque puede que a poca gente le gusta hacer ejercicios, pero a todos les gusta bailar.

¿Cuántas Escuelas de Danza tienes?
Tres escuelas, dos en Santiago y una en Viña del Mar, y en este momento hay más de 2.000 personas tomando clases de Zumba. Además hago los sábados clases gratuitas en el Mall Arauco Maipú para las señoras que no pueden en la semana, a las que llegan cerca de 400 personas.

Y tus escuelas funcionan cual empresa…
Sí, por supuesto. Mi escuela la administro de la siguiente manera: tengo departamento de marketing, donde se establecen las promociones y la difusión; una parte administrativa y contable; control y fiscalización de las tres Academias; y la creatividad de todos los proyectos que tiene. Yo dirijo este gran buque, pero en las mismas academias están las personas que lo manejan todo. Trabaja conmigo mi mamá y una tía, pero en general trato
de no trabajar con la familia, porque pueden confundirse las cosas. Con mi mamá nos conocemos las mañas, pero porque llevamos 6 años trabajando juntos.

¿Cómo se comporta el mercado nacional respecto de “empresas” como la danza?
Creo que a partir de Rojo (Fama contra Fama) se abrió un nicho súper importante; los bailarines de la primera generación somos súper responsables de eso, junto al programa, porque antes la pega del bailarín no era muy bien mirada, pero a partir de eso se abrieron más academias de danza, se imparte la carrera en Universidades privadas, están participando hombres que antes eran ajenos, los bailarines de la calle se están especializando, por lo que creo que ha ido introduciéndose muy bien en Chile.

¿Y hay cabida en este mercado para todos los estudiantes de danza que mañana quieren trabajar en esto?
Creo que todos los que somos y serán profesionales de la danza tienen que reinventarse como en todas las profesiones, levantas una piedra y hay montones de los mismos, y la clave está en cómo te reinventas. No te puede pasar que un día digas “toqué techo”, siempre hay nuevas tendencias, siempre se pueden conocer y aprender nuevos estilos para descubrir. Cuando abres tu mente y buscas nuevos estilos, es cuando te puedes asegurar de que tendrás mercado.

De ser participante de un programa de televisión te conviertes en un empresario de la danza y en uno de los bailarines más reconocidos del país. ¿Cómo manejas la exposición?
Yo parto de la base de que hago un trabajo, y también tengo clara la función que cumple el público. Gracias a mi personalidad voy muy de acuerdo con el rol que debo cumplir como figura pública. Soy muy sociable, me quedo pegado con quienes me saludan en la calle. Se me olvida un poco el tema de que soy conocido. Respecto de la privacidad, tengo súper claro los momentos en los que quiero estar solo en mi casa, o con mi familia, por lo que si estoy cansado un día, no me voy a ir a meter a un Mall a estar con mala cara mientras la gente me pide fotos; esos días me tendré que ir al Cajón del Maipo o iré a la playa y me recuperaré, así es que hago la diferencia entre mis mundos. La gente se siente parte del proceso de alguien que nació en la TV, y tú sólo tienes que ser agradecido. Todos me respetan mucho, hombres, mujeres, gente adulta… antes un hombre jamás le pedía una foto a otro hombre y ahora sí me ocurre. Nunca he pasado frente a un grupo de hombres que se hayan burlado de mí por ser bailarín. Siento que se está valorizando mi trabajo y el del gremio.

El antes y el ahora

El programa Rojo fue conocido por ser un tremendo semillero, pero también por los problemas de excesos de sus participantes. ¿Cómo se manejaron esas hecatombes televisivas?
Fue súper complicado, porque de alguna manera varios nos vimos involucrados, teniendo que ir a declarar sobre qué veíamos, sobre nuestros compañeros. Pero las cosas se superaron como en toda buena familia: primero se enfrentan los problemas y luego viene el apoyo. No porque alguien cayó en algún exceso lo íbamos a excluir, y eso fue un gran aporte de Rojo. Hoy podemos ver a Juan David (Rodríguez) convertido en empresario, casado con la Primera bailarina del Teatro Municipal, y se piensa en que todo valió la pena y se solucionó de la mejor manera.
En todas las familias pasa, nos pasó a nosotros y la moraleja es que uno tiene que aprender de los errores propios y de los demás. Trato de no hacer cosas que me puedan perjudicar, porque lo quiera uno o no, la gente a veces te puede tomar de ejemplo, y mis actos pueden tener implicancias para alguien. En todo caso, ya no estoy tan bueno para salir, me gusta estar en mi casa, además que por mis actividades me canso bastante y ocupo mis tiempos para descansar. Y así me evito cualquier tipo de problema.

¿Te sientes un viudo de Rojo, Fama contra Fama?
No, todo lo contrario. Rojo fue el puntapié inicial para lo que he podido hacer con el tiempo; Después de Rojo gané otro concurso muy importante que es Fiebre de Baile, hoy puedo ser parte del un staff de jurados junto a Antonio Vodanovic y Francisca García-Huidobro, que es un privilegio súper grande. Más que un viudo soy un agradecido. Lo recuerdo con nostalgia, pero no volvería a estar en un programa todos los días en la tarde, ya tengo mi cuento armado, y gozo de la libertad en los ciclos y ahora que estoy más adulto, tengo otros proyectos.

¿Mantienes contacto con tus compañeros del programa
Rojo?
Sí, al menos todos los bailarines de la primera generación nos seguimos juntando. Nos llamamos para felicitarnos cuando nos pasa algo bueno, animé el matrimonio de la Maura (Rivera), estuvimos en su baby shower, hacemos algunas beneficencias. Siempre trabajamos en grupo, incluso varios de ellos han trabajado en mi academia.

Has sido jurado en un programa muy exitoso, al lado de un tremendo comunicador como Antonio Vodanovic, ¿por qué crees que eres el elegido?
No sé qué me habrá visto el director del programa (Fiebre de Baile, en Chilevisión), pero me imagino que tiene que ver con mi experiencia en un programa de talentos porque que me he transformado en un referente juvenil y doy clases de emprendimiento en algunas Universidades a jóvenes de escasos recursos. Cuando se me presentó esta oportunidad supe que era el mayor desafío que había enfrentado en toda mi carrera. No me podía sentir menos frente a Antonio Vodanovic y a la Fran (García-Huidobro), por ejemplo, porque yo soy un aporte desde mi plataforma como bailarín y estuve en la otra cara de la moneda, lo que es una ventaja. Soy más perceptivo y tengo más sensibilidad y por lo mismo trato de ser muy constructivo.
Creo haber cumplido con las expectativas en mi rol, siendo el más cercano a los participantes y el público.

Cuando se apagan las luces

En 2008 pierdes junto a tu pareja al hijo que esperaban. ¿Cómo lo enfrentaste y cómo lo has superado?
No lo llevo como un dolor en el alma; para nadie es fácil perderun hijo, pero sí es más fácil teniendo la ayuda de Dios. Soy muy cristiano y todo lo que hago y emprendo pasa por Él. Yo sabía que todo había pasado con un fin y un propósito que en ese minuto no entendí, pero que tarde y temprano se iba a revelar, y salí muy fortalecido. Tuve mucha paz en ese minuto, y no me costó superarlo. Me volqué a apoyar a la que era mi pareja por entonces, que estaba súper afectada con la situación, por supuesto.

¿Y te gustaría ser papá ahora?
No. La verdad es que creo que uno nunca está preparado para una responsabilidad tan importante como tener un hijo. Yo tengo 6 hermanos más chicos, y la menor tiene 4 años, entonces dentro de mis funciones como hermano mayor, cumplo un rol bien paternal, y por lo mismo sé que cuando llegue un hijo, voy a hacer muy buen papá, pero todo a su tiempo…. Hace un tiempo leí que los hombres están postergando su paternidad hasta los 40 años, y yo encuentro que es lo mejor. Yo tengo 30 años, pero me siento mucho más joven, y vivo tan acelerado, que a veces me doy cuenta de que no podría tener un hijo en estos momentos. Uno no puede ser egoísta, y dejarlos para que los cuide la nana. Son tus hijos y los tienes que criar….

Y el día que los tengas, ¿te gustaría que fuera dentro de una estructura familiar tradicional?
No, porque yo no me crié en una familia tradicional, si no en una de papás separados, donde todos han rehecho su vida, y entre ellos son muy amigos. Mi mamá con su marido van a la casa de mi papá, y nos visitamos entre los hermanos, siempre priorizando la felicidad de los hijos por sobre los problemas de los adultos, y me he criado en un ambiente familiar súper sano. No tengo rollos si el día de mañana me toca ser papá soltero, porque familia es más que papá y mamá.

¿Qué viene ahora para ti?
Mis temas profesionales en televisión dependen de otras personas, pero en lo que a mi respecta, empecé a hacer charlas de emprendimiento y de talentos. La idea es enseñar a cómo ejecutar los sueños, canalizar los talentos y también aprender de las frustraciones. Lo que también me tuvo muy ocupado fue la primera fiesta fitness que se realizó en Chile, con tres horas de baile sin parar el 17 de noviembre, y que organizó por mi RD Producciones. Todos estos proyectos me tienen muy feliz, estoy pasando por un gran momento personal y profesional.

¿Qué te gustaría hacer?
Me encantaría animar un programa, ojalá que tuviera relación con lo mío, con el baile. Cambiar de rubro imposible. Por ejemplo la ingeniería yo la mezclo aquí en mi Escuela, la que está íntimamente relacionada con el baile. Todo lo que quiero hacer está íntimamente relacionado.

 

 

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