Héctor Noguera

“Es un trabajo vivir bien, y hay que darse ese trabajo”

 

Héctor NogueraEste verano, “Tito” Noguera tuvo su primera clase de surf, e infla el pecho cuando reconoce que se pudo equilibrar y parar en la tabla. Una más de las sorpresas que da este hombre de teatro, quien a los 72 años reconoce sentirse bien por dentro y por fuera, y nadie lo duda: la energía que proyecta es envidiable. Sin embargo, nada es al azar.

De sabiduría perceptible, tiene muy claras las razones que lo han hecho llegar en tan buena forma a esta etapa de su vida, e incluso puede enumerarlas: el amor por su familia, rodearse de buenos amigos, desarrollar sus actividades en un entorno agradable, y hacer mucho deporte, a diario y sin excepción.
En esta entrevista, Héctor Noguera repasa sus facetas más importantes y habla con pasión de su exitosa carrera, sus proyectos y pasatiempos, pasión que sin duda, sobrepone a todo lo que emprende, y tiene cuerda para rato.

 

Ha empezado la famosa guerra de las teleseries, y con ella la pelea por el rating, ¿Qué tan seguidor de los números es?
Mucho menos de lo que la gente se imagina, yo y el resto de los actores. A todos nos gusta estar en el primer lugar, y cuando baja decimos qué lata, o qué pena, pero no pasa de eso. Al momento de trabajar todo el mundo lo hace con el mismo entusiasmo, y cuando te dicen “acción” no estás pensando en los números. 
Acaban de finalizar las grabaciones de Mujeres de Lujo, su segunda teleserie desde que está en Chilevisión, ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Estoy muy contento en Chilevisión, porque he encontrado un grupo de trabajo muy profesional y riguroso, y al mismo tiempo muy amable como personas; entonces qué mejor, si funcionan bien el trabajo y las relaciones humanas, es perfecto, y por eso me siento tan bien.  
¿Pero no es un poco drástico cambiarse a CHV después de tantos años en canales como TVN y Canal 13, con áreas dramáticas de mayor experiencia?
El área dramática de Chilevisión ya existía, pero con la llegada del director Patricio González, se inicia una nueva etapa en el canal. Patricio le está dando un énfasis distinto al anterior, lo que se suma a la llegada de Vicente Sabatini. Se ha reforzado y se está haciendo muy fuerte. Eso es muy bueno, no sólo para mí, y sino que para todos los actores.
¿Cómo se vió en este papel bastante atrevido, donde interpretó a un asesino, homosexual y golpeador de mujeres?
Para mí es un personaje apasionante. Este es un hombre malísimo, yo muchas veces hice de malos, pero más que malos eran personas equivocadas, que cometían errores, como el Padre de los Machos (Julián Mercader), o el Médico en Sin Anestesia (Alfonso Valenzuela), que no se atrevía a enfrentar que tenía una amante, ni sus errores médicos; pero un malo muy malo es primera vez que me toca hacer, y es muy interesante porque fue una experiencia distinta a las otras. Me hace aprender que detrás de toda gran maldad hay también un enorme dolor, y suele ser fruto de una angustia, que no es justificable, pero así se sabe de dónde viene. Los actores necesitamos saber de dónde viene la maldad de nuestro personaje, no de enjuiciarlo. El que haya sido gay, no tiene mayor relevancia para mí, lo importante en este personaje es que es un gran extorsionador, que golpea a las mujeres, y si puede utilizar esa opción sexual para eso, lo va a hacer.
¿Interpretar a un gay le provoca alguna sensación especial?
No, interpretar a un gay no me cambia la vida, lo que sí me causa mucha curiosidad es que un personaje provoque esa inquietud, lo hablaba el otro día con el bombero en una bencinanera, quien me decía “Don Tito, está destiñendo usted. Antes le iba bien con las mujeres”, entonces le dije: “el personaje es un asesino, golpea a las mujeres, es narcotraficante, y ¿te pones nervioso por un beso gay? dónde están tus valores” (ríe), y eso le llama la atención a la gente mucho más que el personaje abofetee a una mujer. Me parece muy intrigante, pero así es.
¿Quiere seguir haciendo papeles protagónicos o preferiría pasar a un segundo plano en las teleseries?
No. Me canso, pero también me cansaba a los 20 años, no estoy cansado de vivir ni de trabajar, y en ese sentido me canso como cualquier otro. Indudablemente yo quiero trabajar todo lo que pueda, hasta que me muera, no me imagino de chalcito sentado en la casa mirando la tele y molestando a todo el mundo. Quiero seguir trabajando y si eso me trae papeles importantes, mucho mejor; además yo no sólo tengo la televisión, también soy el Director artístico de Teatro Camino, con el que estamos haciendo cosas muy interesantes como la obra “Yo, Feuerbach”, donde hemos tenido la sala llena, también está mi trabajo en la Universidad Mayor, donde soy Decano de la Facultad de Artes y Director de la carrera de Teatro, por lo que la “tele” es sólo una parte. Espero poder hacer lo que más pueda, el mayor tiempo posible.

Familia de actores

¿Qué ocurre con el actor que también es padre de actores? ¿Se tomó a bien que sus hijos le siguieran los pasos en la profesión, pese a que a usted su familia se lo había prohibido?

Por supuesto, yo me siento profundamente privilegiado como papá de que ellos quieran seguir el mismo camino que elegí yo, bien podrían decir ellos “para ser igual que el papá, prefiero ser ingeniero”; pero al ver que no les importa eso, y que prefieren tener el mismo trabajo que yo, lo que significa que lo que les he proyectado ha estado bien para ellos.

¿Y cómo se lleva un almuerzo de domingo en una familia de actores, habla de los guiones, critica el trabajo de sus hijos?

No nada de eso, los días domingo en la casa son de familia y no les reviso los guiones, ni les hago críticas, ni nada. Sí, se comenta todo lo que hacemos, pero en un tono de conversación familiar y no me sale el profesor que llevo dentro, sino que nos contamos anécdotas de las cosas que nos pasan en los trabajos, pero es algo liviano. Además mi señora no aguantaría tampoco, porque es muy juiciosa (ríe). Teatro Camino cumple 20 años, y es probablemente uno de los proyectos más ambicioso de su carrera… Si, se celebrará con un estreno de una versión de “La vida es sueño”, que hace Diego Noguera, mi hijo. Teatro Camino está muy bien, tenemos muchos proyectos, se van sumando personas, gente que se ha hecho parte del proyecto, como María Piedad, mi hija mayor que trabaja conmigo en la Universidad.

Ella está a cargo del desarrollo de la sala de teatro y me ayuda, y así se van sumando más personas, y funciona; si vas en cualquier momento del día encuentras a mucha gente trabajando.

Un proyecto como un teatro, que es tan importante para usted ¿Cómo lo compatibiliza con el resto de sus actividades?

Yo no soy persona que se fije metas, el Teatro Camino va creciendo orgánicamente, junto con las personas que trabajamos ahí; entonces no hay el estrés de decir “hay que cumplir estas metas” y es una tónica de trabajo que tengo con todo. También en la Universidad, por lo que no existe esa presión de que me tiene que ir de tal manera y no de otra.

¿Qué opina de la proliferación de las escuelas de teatro?

El que hayan tantas escuelas de teatro, y a la vez tantos alumnos, crea trabajo: hay más escuelas, más profesores, más gente que hace clases. Mis alumnos de la U. Mayor saben muy bien que los que estudian teatro, danza y artes visuales, son ellos mismos los que tienen que gestar el trabajo. Yo gesto el mío, Teatro Camino es una gestión mía, y además me han llamado para la “tele”, y también para la Universidad, pero si no tuviera eso, tendría lo que es mi propia gestión. No me gusta depender que me llamen o no me llamen. Mis alumnos saben que no pueden esperar que por el hecho de estar en una escuela, vendrán los productores a buscarlo.
Pero si cada alumno pusiera un teatro, como una forma de crear sus proyectos propios, ¿habría público para que a todos ellos les fuera bien? 

Mientras más teatro haya, hay más público, porque se crea la necesidad. Si hay cinco compañías en una ciudad es probable que la gente no lo sepa, pero si hay 50 compañías la ciudadanía entera sabría que hay teatro, porque donde van se encuentran con un letrero, lo leen el diario, o en un afiche. La cabida se está haciendo, y eso lo tienen que entender los padres que se asustan cuando sus hijos van a estudiar actividades artísticas. A mí no me ha ocurrido ninguna de las cosas que me dijo mi mamá que me iban a pasar: que me iba a morir  de hambre, que no iba a ser capaz de mantener una familia, pero tengo un montón de hijos y nada de eso pasó. Los papás de mis alumnos me dicen “eso es porque usted es usted”, yo soy yo a los 72 años, pero yo también tuve 16 como su hijo, y entonces por qué desconfía de lo que él puede hacer. El país se hace, lo hacemos todos nosotros.

Más que un rostro

Además de actor de teatro y televisión, también ha sido rostro de grandes tiendas y publicidad ¿Cómo ha sido esa experiencia?

¡Imagínate!, cuando hice publicidad para Basement debo haber tenido como 65 años, y a alguien se le ocurrió que yo podía ser modelo de ropa, lo que me pareció absolutamente inusitado. Soy pelado, tengo canas, arrugas; pero me pareció un proyecto muy interesante para alguien de mi edad.

Es decir, ¿Le dio una vuelta al tema antes de aceptar?

Lógico, hice el ejercicio y llegué a la conclusión de que se podía ver bien. ¿Por qué la ropa sólo existe para los jóvenes, si los mayores también nos vestimos, y nos gusta vestirnos?.
Yo no me pongo lo primero que encuentro, yo busco la ropa, quiero que me quede bien y sentirme cómodo. De hecho, después de mi participación, esta marca ha seguido con personas mayores, fue importante abrir el nicho de los mayores haciendo publicidad, y decirle a la gente que a nosotros la ropa también nos gusta. Pero el grupo objetivo de esa marca es joven, sin embargo, en la Caja de Compensación para la que es rostro, llega a un público completamente distinto.

Bueno, yo me sentí muy agradecido de que me hayan llamado de la Caja de Compensación Los Héroes, para ofrecer esta caja de regalo, y ahora la ayuda ante el terremoto. Me parece muy bien ser yo quien lo haga. A los artistas no nos gusta ser artistas de un grupo, ni menos de un grupo social, queremos ser transversales.

 

En cuerpo

Tito, para tener 72 años tiene un físico privilegiado. ¿Cómo se cuida?

Haciendo deportes, hago natación y Bikram (tipo de yoga que se realiza en una sala calefaccionada a 40°C) en Peñalolén, y en general ando mucho en bicicleta. Todo lo que sea actividad física me gusta hacerlo.

¿Y qué periodicidad tienen sus rutinas de ejercicios?

A diario, o es una cosa o es la otra, incluso hay veces en que hago natación y Bikram el mismo día, y si no puedo hacer esta última porque me voy a veranear, me llevo la bicicleta, hago kayak, intento hacer surf, lo que sea.

¿Surf? ¿Lo práctica con éxito?

Sí, este año durante el verano empecé a practicar surf y hasta me pude parar en la tabla, ¡tengo fotos!.

¿Y cómo define su alimentación?

Yo como de todo, pero medidamente, no en grandes cantidades. Como regularmente cuatro veces al día, llevo una dieta equilibrada y nunca lo hago en exceso, siempre un poquito menos de lo que yo creo que podría comer. Nada se elimina de mi dieta. Como frituras,
Pero no a cada rato, si un día en la semana me dan un plato con papas fritas, me lo como sin problemas.

¿Y esta cultura del cuidado del cuerpo, viene de su profesión?

Claro, si yo no tuviera el entrenamiento físico que tengo, no podría hacer el trabajo que hago. “Yo, Feuerbach”, que tiene mucha actividad, no podría hacerla, tampoco podría hacer todo el día “tele” y en la noche hacer una función de teatro si no hiciera ejercicio. Si no hiciera deporte, no podría hacer mi trabajo.

¿Y su salud cómo está?

Me siento bien siempre, no tengo problemas de hipertensión, diabetes, ni colesterol, y todo eso se lo debo al deporte. No tengo ninguna enfermedad. Y otras cosas que ayudan a vivir, mi familia, mi señora, mis hijos, mis amigos con los que comparto, que el entorno sea agradable, que mi oficina sea bonita. Es decir, uno se las arregla para vivir lo mejor posible. Es un trabajo vivir bien, y hay que darse ese trabajo.

¿Cómo le gustaría ser recordado: como un gran hombre de teatro, como un gran padre de familia o como un gran deportista que cultivó el cuerpo y la salud?

Con todo eso junto, que dijeran gran actor, padre, deportista. Mi epitafio debería decir : “aquí yace el mejor padre de familia, el mejor amigo, el mejor deportista, el mejor actor, el mejor de todo”.

oguera
“Es un trabajo vivir bien, y hay que darse ese trabajo”

Este verano, “Tito” Noguera tuvo su primera clase de surf, e infla el pecho cuando reconoce que se pudo equilibrar y parar en la tabla. Una más de las sorpresas que da este hombre de teatro, quien a los 72 años reconoce sentirse bien por dentro y por fuera, y nadie lo duda: la energía que proyecta es envidiable. Sin embargo, nada es al azar.

De sabiduría perceptible, tiene muy claras las razones que lo han hecho llegar en tan buena forma a esta etapa de su vida, e incluso puede enumerarlas: el amor por su familia, rodearse de buenos amigos, desarrollar sus actividades en un entorno agradable, y hacer mucho deporte, a diario y sin excepción.
En esta entrevista, Héctor Noguera repasa sus facetas más importantes y habla con pasión de su exitosa carrera, sus proyectos y pasatiempos, pasión que sin duda, sobrepone a todo lo que emprende, y tiene cuerda para rato.

Ha empezado la famosa guerra de las teleseries, y con ella la pelea por el rating, ¿Qué tan seguidor de los números es?
Mucho menos de lo que la gente se imagina, yo y el resto de los actores. A todos nos gusta estar en el primer lugar, y cuando baja decimos qué lata, o qué pena, pero no pasa de eso. Al momento de trabajar todo el mundo lo hace con el mismo entusiasmo, y cuando te dicen “acción” no estás pensando en los números. 
Acaban de finalizar las grabaciones de Mujeres de Lujo, su segunda teleserie desde que está en Chilevisión, ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Estoy muy contento en Chilevisión, porque he encontrado un grupo de trabajo muy profesional y riguroso, y al mismo tiempo muy amable como personas; entonces qué mejor, si funcionan bien el trabajo y las relaciones humanas, es perfecto, y por eso me siento tan bien.  
¿Pero no es un poco drástico cambiarse a CHV después de tantos años en canales como TVN y Canal 13, con áreas dramáticas de mayor experiencia?
El área dramática de Chilevisión ya existía, pero con la llegada del director Patricio González, se inicia una nueva etapa en el canal. Patricio le está dando un énfasis distinto al anterior, lo que se suma a la llegada de Vicente Sabatini. Se ha reforzado y se está haciendo muy fuerte. Eso es muy bueno, no sólo para mí, y sino que para todos los actores.
¿Cómo se vió en este papel bastante atrevido, donde interpretó a un asesino, homosexual y golpeador de mujeres?
Para mí es un personaje apasionante. Este es un hombre malísimo, yo muchas veces hice de malos, pero más que malos eran personas equivocadas, que cometían errores, como el Padre de los Machos (Julián Mercader), o el Médico en Sin Anestesia (Alfonso Valenzuela), que no se atrevía a enfrentar que tenía una amante, ni sus errores médicos; pero un malo muy malo es primera vez que me toca hacer, y es muy interesante porque fue una experiencia distinta a las otras. Me hace aprender que detrás de toda gran maldad hay también un enorme dolor, y suele ser fruto de una angustia, que no es justificable, pero así se sabe de dónde viene. Los actores necesitamos saber de dónde viene la maldad de nuestro personaje, no de enjuiciarlo. El que haya sido gay, no tiene mayor relevancia para mí, lo importante en este personaje es que es un gran extorsionador, que golpea a las mujeres, y si puede utilizar esa opción sexual para eso, lo va a hacer.
¿Interpretar a un gay le provoca alguna sensación especial?
No, interpretar a un gay no me cambia la vida, lo que sí me causa mucha curiosidad es que un personaje provoque esa inquietud, lo hablaba el otro día con el bombero en una bencinanera, quien me decía “Don Tito, está destiñendo usted. Antes le iba bien con las mujeres”, entonces le dije: “el personaje es un asesino, golpea a las mujeres, es narcotraficante, y ¿te pones nervioso por un beso gay? dónde están tus valores” (ríe), y eso le llama la atención a la gente mucho más que el personaje abofetee a una mujer. Me parece muy intrigante, pero así es.
¿Quiere seguir haciendo papeles protagónicos o preferiría pasar a un segundo plano en las teleseries?
No. Me canso, pero también me cansaba a los 20 años, no estoy cansado de vivir ni de trabajar, y en ese sentido me canso como cualquier otro. Indudablemente yo quiero trabajar todo lo que pueda, hasta que me muera, no me imagino de chalcito sentado en la casa mirando la tele y molestando a todo el mundo. Quiero seguir trabajando y si eso me trae papeles importantes, mucho mejor; además yo no sólo tengo la televisión, también soy el Director artístico de Teatro Camino, con el que estamos haciendo cosas muy interesantes como la obra “Yo, Feuerbach”, donde hemos tenido la sala llena, también está mi trabajo en la Universidad Mayor, donde soy Decano de la Facultad de Artes y Director de la carrera de Teatro, por lo que la “tele” es sólo una parte. Espero poder hacer lo que más pueda, el mayor tiempo posible.

Familia de actores

¿Qué ocurre con el actor que también es padre de actores? ¿Se tomó a bien que sus hijos le siguieran los pasos en la profesión, pese a que a usted su familia se lo había prohibido?

Por supuesto, yo me siento profundamente privilegiado como papá de que ellos quieran seguir el mismo camino que elegí yo, bien podrían decir ellos “para ser igual que el papá, prefiero ser ingeniero”; pero al ver que no les importa eso, y que prefieren tener el mismo trabajo que yo, lo que significa que lo que les he proyectado ha estado bien para ellos.

¿Y cómo se lleva un almuerzo de domingo en una familia de actores, habla de los guiones, critica el trabajo de sus hijos?

No nada de eso, los días domingo en la casa son de familia y no les reviso los guiones, ni les hago críticas, ni nada. Sí, se comenta todo lo que hacemos, pero en un tono de conversación familiar y no me sale el profesor que llevo dentro, sino que nos contamos anécdotas de las cosas que nos pasan en los trabajos, pero es algo liviano. Además mi señora no aguantaría tampoco, porque es muy juiciosa (ríe). Teatro Camino cumple 20 años, y es probablemente uno de los proyectos más ambicioso de su carrera… Si, se celebrará con un estreno de una versión de “La vida es sueño”, que hace Diego Noguera, mi hijo. Teatro Camino está muy bien, tenemos muchos proyectos, se van sumando personas, gente que se ha hecho parte del proyecto, como María Piedad, mi hija mayor que trabaja conmigo en la Universidad.

Ella está a cargo del desarrollo de la sala de teatro y me ayuda, y así se van sumando más personas, y funciona; si vas en cualquier momento del día encuentras a mucha gente trabajando.

Un proyecto como un teatro, que es tan importante para usted ¿Cómo lo compatibiliza con el resto de sus actividades?

Yo no soy persona que se fije metas, el Teatro Camino va creciendo orgánicamente, junto con las personas que trabajamos ahí; entonces no hay el estrés de decir “hay que cumplir estas metas” y es una tónica de trabajo que tengo con todo. También en la Universidad, por lo que no existe esa presión de que me tiene que ir de tal manera y no de otra.

¿Qué opina de la proliferación de las escuelas de teatro?

El que hayan tantas escuelas de teatro, y a la vez tantos alumnos, crea trabajo: hay más escuelas, más profesores, más gente que hace clases. Mis alumnos de la U. Mayor saben muy bien que los que estudian teatro, danza y artes visuales, son ellos mismos los que tienen que gestar el trabajo. Yo gesto el mío, Teatro Camino es una gestión mía, y además me han llamado para la “tele”, y también para la Universidad, pero si no tuviera eso, tendría lo que es mi propia gestión. No me gusta depender que me llamen o no me llamen. Mis alumnos saben que no pueden esperar que por el hecho de estar en una escuela, vendrán los productores a buscarlo.
Pero si cada alumno pusiera un teatro, como una forma de crear sus proyectos propios, ¿habría público para que a todos ellos les fuera bien? 

Mientras más teatro haya, hay más público, porque se crea la necesidad. Si hay cinco compañías en una ciudad es probable que la gente no lo sepa, pero si hay 50 compañías la ciudadanía entera sabría que hay teatro, porque donde van se encuentran con un letrero, lo leen el diario, o en un afiche. La cabida se está haciendo, y eso lo tienen que entender los padres que se asustan cuando sus hijos van a estudiar actividades artísticas. A mí no me ha ocurrido ninguna de las cosas que me dijo mi mamá que me iban a pasar: que me iba a morir  de hambre, que no iba a ser capaz de mantener una familia, pero tengo un montón de hijos y nada de eso pasó. Los papás de mis alumnos me dicen “eso es porque usted es usted”, yo soy yo a los 72 años, pero yo también tuve 16 como su hijo, y entonces por qué desconfía de lo que él puede hacer. El país se hace, lo hacemos todos nosotros.

Más que un rostro

Además de actor de teatro y televisión, también ha sido rostro de grandes tiendas y publicidad ¿Cómo ha sido esa experiencia?

¡Imagínate!, cuando hice publicidad para Basement debo haber tenido como 65 años, y a alguien se le ocurrió que yo podía ser modelo de ropa, lo que me pareció absolutamente inusitado. Soy pelado, tengo canas, arrugas; pero me pareció un proyecto muy interesante para alguien de mi edad.

Es decir, ¿Le dio una vuelta al tema antes de aceptar?

Lógico, hice el ejercicio y llegué a la conclusión de que se podía ver bien. ¿Por qué la ropa sólo existe para los jóvenes, si los mayores también nos vestimos, y nos gusta vestirnos?.
Yo no me pongo lo primero que encuentro, yo busco la ropa, quiero que me quede bien y sentirme cómodo. De hecho, después de mi participación, esta marca ha seguido con personas mayores, fue importante abrir el nicho de los mayores haciendo publicidad, y decirle a la gente que a nosotros la ropa también nos gusta. Pero el grupo objetivo de esa marca es joven, sin embargo, en la Caja de Compensación para la que es rostro, llega a un público completamente distinto.

Bueno, yo me sentí muy agradecido de que me hayan llamado de la Caja de Compensación Los Héroes, para ofrecer esta caja de regalo, y ahora la ayuda ante el terremoto. Me parece muy bien ser yo quien lo haga. A los artistas no nos gusta ser artistas de un grupo, ni menos de un grupo social, queremos ser transversales.

 

En cuerpo

Tito, para tener 72 años tiene un físico privilegiado. ¿Cómo se cuida?

Haciendo deportes, hago natación y Bikram (tipo de yoga que se realiza en una sala calefaccionada a 40°C) en Peñalolén, y en general ando mucho en bicicleta. Todo lo que sea actividad física me gusta hacerlo.

¿Y qué periodicidad tienen sus rutinas de ejercicios?

A diario, o es una cosa o es la otra, incluso hay veces en que hago natación y Bikram el mismo día, y si no puedo hacer esta última porque me voy a veranear, me llevo la bicicleta, hago kayak, intento hacer surf, lo que sea.

¿Surf? ¿Lo práctica con éxito?

Sí, este año durante el verano empecé a practicar surf y hasta me pude parar en la tabla, ¡tengo fotos!.

¿Y cómo define su alimentación?

Yo como de todo, pero medidamente, no en grandes cantidades. Como regularmente cuatro veces al día, llevo una dieta equilibrada y nunca lo hago en exceso, siempre un poquito menos de lo que yo creo que podría comer. Nada se elimina de mi dieta. Como frituras,
Pero no a cada rato, si un día en la semana me dan un plato con papas fritas, me lo como sin problemas.

¿Y esta cultura del cuidado del cuerpo, viene de su profesión?

Claro, si yo no tuviera el entrenamiento físico que tengo, no podría hacer el trabajo que hago. “Yo, Feuerbach”, que tiene mucha actividad, no podría hacerla, tampoco podría hacer todo el día “tele” y en la noche hacer una función de teatro si no hiciera ejercicio. Si no hiciera deporte, no podría hacer mi trabajo.

¿Y su salud cómo está?

Me siento bien siempre, no tengo problemas de hipertensión, diabetes, ni colesterol, y todo eso se lo debo al deporte. No tengo ninguna enfermedad. Y otras cosas que ayudan a vivir, mi familia, mi señora, mis hijos, mis amigos con los que comparto, que el entorno sea agradable, que mi oficina sea bonita. Es decir, uno se las arregla para vivir lo mejor posible. Es un trabajo vivir bien, y hay que darse ese trabajo.

¿Cómo le gustaría ser recordado: como un gran hombre de teatro, como un gran padre de familia o como un gran deportista que cultivó el cuerpo y la salud?

Con todo eso junto, que dijeran gran actor, padre, deportista. Mi epitafio debería decir : “aquí yace el mejor padre de familia, el mejor amigo, el mejor deportista, el mejor actor, el mejor de todo”.

 

Recomendamos

CardioSmile

CardioSmile

 

Estudio de Salud Cardiovascular

Diseñado por Sombrero negro sombrero negro