Carola Correa

“Convencer a la gente sobre la comida saludable no es tarea fácil, pero se puede”

En Puerto Varas nació su amor por la cocina, la vida libre y la televisión, y probablemente, porque es un torbellino de emociones, pudo aprenderlo todo, hoy ser reconocida, y no morir en el intento.

Carola CorreaPrefiere que la nombren cocinera y no “chef” porque según dice, no  le gustan los conceptos rebuscados. Se reconoce simple, espontánea, y aunque es de profesión paisajista, no pretende dejar su oficio en la cocina, menos ahora que ha encontrado su nicho: la cocina saludable.  
¿En qué momento supiste que la cocina era lo tuyo?
Lo supe porque mis papas tenían un restaurante en Puerto Varas, y a mi me encantaba meterme en la cocina, en los postres, en el bar, hacía tragos  pese a que no me dejaban probarlos, pero decían que me quedaban exquisitos. Yo estudié paisajismo, no cocina, pero a los 20 años, cuando tenía las maletas listas para venirme a hacer la práctica profesional a Santiago, me tuve que hacer cargo del restaurante completo por temas familiares. De todas maneras estaba fascinada, porque siempre quise trabajar en eso.
¿El hecho de no ser titulada de cocinera, afecta en algo el oficio?
Las críticas han estado siempre, pese a que ya no se da. Cuando uno se gana un espacio en lo que hace la gente no tiene por qué criticar, y hay que demostrar que uno no está ahí porque sí. Yo creo que mi vida siempre ha sido de esfuerzo y el no estudiar me obligó a trabajar mucho; los míos son los estudios de la vida, y en ese aspecto, se podría decir que yo hice la practica toda mi vida, mis conocimientos son desde la olla. Además, me siento súper orgullosa de lo que he logrado. A veces me digo “yo, Puertovarina, sin haber estudiado, y hoy haberme ganado un espacio a puro esfuerzo, trabajo, pasión, orden, y persistencia…”, encuentro que es súper notable, porque siempre todo será mucho más fácil con un título.


¿Quién te ha criticado?
Ya no, pero los mismos pares en algún momento pueden haberse sentido amenazados de que llegara esta niñita de 25 años en ese entonces, que salía en televisión, en las revistas, aplaudida en todos lados, y que ni siquiera había estudiado, y además con esa soltura de cuerpo que tengo, porque no me pongo el gorro blanco, ni el delantal blanco y no hablo con términos de cocina; mi lenguaje quiero que lo entienda la dueña de casa, mi cocina es casera, económica, entonces a muchos no les gustó mi irrupción en este tema. 

¿Y cómo fue tu arribo a la televisión?
Como buena provinciana me gustaba la televisión y soñaba con llegar a trabajar ahí. En un momento se me ocurrió hacer, para enviarlas a un canal de Santiago, unas cápsulas de cocina; contraté a un camarógrafo, hice la producción, todo sola, y quedaron muy buenas. Por alguna razón esas notas llegaron al Buenos días a todos. Me llamaron Juan Carlos Díaz, el editor, y Jacqueline Zepeda, productora…pensé que era una broma, ¡imagínate!, tenía 25 años, nunca había entrado a TVN, me maquillaron y me peinaron, di mi prueba de cámara, y como para mí los famosos son seres comunes y corrientes, tuve muy buena onda con Margot Kahl y Jorge Hevia, los conductores de la época. Ahí estuve 6 años, partí con una vez a la semana y llegué a estar los 5 días, fue mi primera gran experiencia.

Pasado el tiempo, ¿no te hubiese gustado seguir por el camino del paisajismo?
Me habría encantado, pero algún día lo voy retomar. El problema es que en este país la gente te encasilla, y creen que sólo se puede ser buena en una cosa, y no es así, Uno en la vida puede ser y hacer muchas cosas y aprender de muchos temas, es nada más aburrido hacer siempre lo mismo, y me encanta explorar en otros temas.  

Además de todas las cosas que haces, también eres rostro de marcas, ¿eso no afecta tu credibilidad o tu libertad de acción en tu profesión?
Yo todavía no lo he vivido así, porque yo acepto marcas que sean de mi perfil, que tengan un respaldo, no voy a aceptar marcas desconocidas por mucha plata que paguen, y que incluso, ya me han ofrecido. Creo que uno debe ser súper consecuente, y eso hace decir a muchas cosas que no. Yo voy por la línea de la comida saludable, por lo que no puedo aceptar ser rostro de una marca de choricillos, por ejemplo, soy súper consecuente, no me salgo de mi línea porque eso es pan para hoy y hambre para mañana. Además, con las marcas negocio bien, me piden restricciones que las cumplo, y soy comprometida. Creo que ser rostro de marca hoy, va más allá de ganar plata, y tiene que ver con que te eligieron porque eres creíble, que haces las cosas bien, es un gran respaldo positivo para mí en un 100%.

Todo queda en familia
A los 35 años, tiene dos hijos y más de una década casada con Francisco Toro, su primo hermano. Sin duda, sólo una personalidad como la de ella, pudo con una relación que fue el entredicho de una familia conservadora durante mucho tiempo.
Te casaste muy joven, raro en las personas de tu edad…
Sí, es que pololeé 6 años, somos primos hermanos con mi marido, nos conocemos de toda la vida, por lo que ya era tiempo de casarnos. Además, mi papá era súper estricto, no me dejaban hacer muchas cosas, y yo ya era grande, así que decidimos casarnos. Me embaracé de inmediato de mi hijo Francisco, y al año siguiente de Agustina, es decir que tengo 35 años y dos niños de 12 y 10 años, es lo máximo.

¿Quieres tener más hijos?
¡Ay, no sé!, a veces me dan ganas, después se me quitan, uno de los temas es que tengo muchas cosas que hacer….
¿Y cómo compatibilizas tantas actividades con la familia?
Ese es un tema no menor. Uno se transforma en la mamá trabajólica, cosa que los niños saben, porque desde que nacieron estuvieron en el restaurante. Hace dos años traté de ponerle límites a mis horarios, y trato de estar todos los días de 4 a 7 de la tarde en mi casa, en época de colegio. Hay días que no logro llegar, pero trato de cumplirlo a cabalidad. Los niños saben que soy ultra trabajadora, y creo que están muy orgullosos de mí, aunque a veces me dicen que no trabaje tanto, pero les digo que me encanta lo que hago, y los involucro en mis cosas. Por ejemplo, los llevo a mi trabajo para que ellos encuentren entretenido lo que hago y digan que, pese a que trabajo mucho, hago algo que a ellos también les gusta.

¿Y cuál es la opinión de tu marido ante el trabajo que elegiste?
Él me tiene mucha paciencia, sabe de todas mis negociaciones, nuevos proyectos, me conoce y le gusto así, lo pasa regio conmigo, le cuento cosas insólitas todos los días. Le comento todas mis decisiones, pero le pregunto sólo algunas, en el fondo le pido la opinión, y él muchas veces me responde que ya no quiere más….pero siempre término por convencerlo. El tema está en que yo no trabajo por plata, trabajo porque la “guata” me lo indica, y él se da cuenta de eso.

¿Cuáles son los beneficios de casarse con el primo hermano?
Súper entretenido, porque la suegra no es suegra, es tía, la cuñada en realidad es prima, y te ahorras mil problemas, todo queda en familia.

¿Pero siempre fue así de fácil?
No, fue un tema. Vivimos castigados, en su momento fue tremendo y la historia da para escribir un libro. Para mí nunca fue un tema, porque soy súper libre de mente. Había problemas, pero yo no estaba dispuesta a terminar con él, para hacer feliz a mi tía. Los rollos eran de ellos, y en mi familia siempre me apoyaron y con eso bastó y sobró. Cómo me iba a casar con otra persona si yo estaba enamorada de él. Yo creo que el tema en mi caso iba por el lado de los hijos: dicen que cuando te casas entre primos hay una probabilidad mayor a que salgan los niños con síndrome de down. Mi marido lo pensó mucho, pero yo me relajé al final. Siempre creí que si en mi destino estaba tener un hijo con algún problema, iba a ser independiente de si me casaba o no con mi primo.
Existían más probabilidades, pero todo sería por algo. Dejamos que la vida actuara, yo quería tener hijos como vinieran. Hoy probablemente lo pensaría más.

 

Cocina y salud

¿Por qué surgió la idea de preparar comida saludable?
Trabajé muchos años en la Clínica Las Condes, y realizamos cocina saludable, todas avaladas por médicos, y me empecé a dar cuenta de que todo se puede hacer más sano, que se pueden cambiar las recetas, y que podía hacer un filete de cerdo sacándole la grasita, y ponerle aceite de oliva en vez de mantequilla, o salsa blanca con leche descremada en vez de crema, y si empezaba a jugar con los ingredientes quitándoles los aportes de grasa, hacía una comida mucho más saludable. Me di cuenta de que gente que se supone que debe estar informada, porque tiene mayor acceso a la información, por ejemplo, piensa que la comida saludable es cara y mala, y hay que enseñarles que la comida saludable no es comida para enfermos, y que con una buena preparación, todo puede quedar sano y sabroso. Con todo eso claro, me lancé a convencer al mundo, lo que no ha sido tarea fácil.  


¿Hay algo que nunca uses en la cocina?
Crema. Está vetada porque no es saludable, y la suplo con salsa blanca, yogur natural o maicena, sin ningún problema. El queso también lo uso muy poco, y en su reemplazo prefiero hacer preparaciones con queso rallado, me he dado cuenta que al gratinarse entrega mucho más sabor a las comidas. La fritura, hace como tres años que no es parte de mi cocina, y las papas fritas, por ejemplo, las hago en el horno eléctrico y quedan exquisitas, lo mismo con las hamburguesas. Los queques, por ejemplo, los hago con las medidas hasta la mitad, es decir que si hay que echarle tres huevos, yo le echo uno entero y dos claras, no uso las otras yemas porque ahí está la grasa, y así hago todo.


¿En qué momento supiste que esto era atractivo como mensaje para la gente?
Me costó mucho, de hecho una de mis condiciones para estar en el último matinal en que estuve, fue hacer comida saludable, y nadie quería. Me decían que era una lata, que eso no se iba a vender, que bajaría el rating y los auspicios. Los insté a probar y nos fue regio. Hay muchos mitos, me costó mucho, pero lo logré.


¿Y cuáles son tus motivaciones por hacer comida saludable? Podrías cocinar normalmente y tendrías a todos contentos…
Me encantan los desafíos, además que yo sé que tengo la razón.


Y tú, ¿cómo te cuidas?
Yo lo práctico. En mi casa cocino como lo hago en la tele. Sí, tengo problemas con mis hijos a veces, porque las mamás tenemos una responsabilidad muy grande, y hay que crearles conciencia. Las personas adultas ya están formadas y es difícil cambiarles la percepción y las ideas, pero la comida que se hace en la casa es para los niños y ahí es donde pongo mi atención. Mis hijos me alegan, porque les mando colaciones saludables, y me da mucha rabia que las autoridades de este país todavía permitan que en los kioscos de los colegios se vendan papas fritas. Es un tema que yo pongo en el tapete en mi programa de radio (Programa Sentido Común, Radio Conquistador), y no me importa a quien le moleste, porque es un deber social y no cuesta nada implementarlo.


¿Cuáles son tus maneras de educar cuando no estás en televisión?
Por medio de mi revista de recetas, que se reparte junto al Diario La Hora y que ya prepara su 7ª edición. Incluye recetas simples, ricas y saludables. Otra cosa que me tiene muy orgullosa es la página web, que relancé hace poco, y la gracia que tiene es que ahí está mi sello, puedo ver desde mi teléfono si alguien me manda una duda, y todos los platos que ahí se muestran fueron cocinados por mí antes de ser fotografiados, y eso tiene un valor agregado. Otro de mis canales actuales, es el programa diario que desde marzo conduzco junto a Tomás Cox, en Radio Conquistador entre las 6 y las 7. Me gusta poner temas duros en el tapete, darle un sello. Ha sido un gran trabajo junto a mi productora, Paula Domínguez, para que todo lo que estamos haciendo salga en perfectas condiciones.

 

 

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